METAEVALUACIÓN



METAEVALUACIÓN



El autor Mauricio Manzano nos establece:
Sistemático de acumulación de información relevante para la interpretación pertinente, que como parte del proceso de enseñanza-aprendizaje permite establecer juicios de valor y tomar decisiones, relacionando la práctica educativa con los objetivos educativos respecto a criterios de eficacia previamente establecidos” (Tyler, 1969). La evaluación apunta a tres vertientes: información, juicios de valor y toma de decisiones. Y se puede entender de diversas maneras, dependiendo de las necesidades, propósitos u objetivos de la institución evaluada.


En síntesis, podemos decir que la función de la metaevaluación es analizar y evaluar los procesos de evaluación. Se evalúa para mejorar la equidad y calidad de nuestras instituciones y sistemas educativos, con evidencias de evidencias se hace más creíble juzgar al sistema o una acción. Evaluar constantemente las evaluaciones debería ser un deber ser de toda institución.

Esta información fue obtenida de:
https://www.uls.edu.sv/sitioweb/component/k2/item/311-la-metaevaluacion-mas-alla-de-lo-visible-por-que-evaluar-las-evaluaciones

Citando a: Mauricio Manzano
Investigador y catedrático de la Universidad Luterana Salvadoreña




Por otra parte la autora Ana Gamez nos establece que:

No es un proceso esencialmente técnico, sino que tiene naturaleza política y tica. Es decir, es un proceso de aprendizaje que genera a su vez otros procesos de aprendizajes no menos importantes, ya que esta se puede aplicar en cualquier momento de la evaluación, desde la planificación hasta una evaluación completa que requiere de la opinión de evaluadores


La evaluación de los aprendizajes implica entender, desde otra perspectiva, el significado del y la estudiante dotados de potencialidades internas, actitudes, aptitudes intereses y anhelos, los cuales va desarrollando en la medida en que crece y evoluciona en convivencia con otros y otras, y se forma como un ser capaz de aprender y desaprender, en contexto socio-culturales diferentes, como en ámbitos de formación académica o social.




En esta parte dichos autores nos han brindado información Acerca del mismo pero lo cierto es que Evaluar es un proceso complejo, difícil de cumplimentar en un tiempo limitado. Es prácticamente imposible que todo un programa pueda ser evaluado pormenorizadamente, a la perfección y que a su vez ese proceso evaluativo esté exento de insuficiencias y de subjetividad de las partes implicadas, ya sea de los evaluadores o de los propios evaluados. Los primeros por no estar dentro del mundo en que se desarrolla el programa y los segundos por no tener una perspectivaexterna del mismo.
Tal vez sea esta la verdadera justificación del por qué es necesaria la Metaevaluación y no sólo porque existan discrepancias con los resultados alcanzados en la evaluación o en la necesidad de identificar las posibles violaciones que se puedan haber cometido durante el proceso. Sin embargo, partiendo de la utilización de la evaluación, es decir, el uso de los resultados y de toda la información relevante propiciada por ella con los cuales se relaciona la posterior toma de decisiones en los diferentes ámbitos  político, social y educativo y en la mejora de los procesos educativos, se puede afirmar que la Metaevaluación velará por el buen uso de dicha información.

Por tanto como resumen de lo anterior podemos establecer que la metaevaluación contribuye que sea respetado el diseño y reglamentado expuesto para llegar a lo deseado que es una evaluación de calidad, donde la Evaluación y la Metaevaluación constituyen dos conceptos y una misma meta. Lo que indica que ambos procesos van de la mano y tienen un estrecha relacion lo cual deja claro que si no existe una la otra no se puede levar a cabo.

Citando esta página para la realización de este trabajo :
https://evaluacion1.activo.mx/t7-meta-evaluacion
-Ana Gamez 
-Reyna Armado 

Uno de los obstáculos principales es pensar que los docentes, por el simple hecho de serlo, saben bien cómo evaluar el aprendizaje de sus alumnos. 
La experiencia ha demostrado ad nauseam que ésta es una falsa creencia. Lo cierto es que la mayoría de los profesores no sabe cómo evaluar a sus alumnos y en la práctica de modo involuntario comete muchos errores, que a veces, incluso, rayan en la arbitrariedad. Así, las prácticas cotidianas de evaluación parecen estar basadas más en la experiencia propia o en el sentido común que en un conocimiento científico o en buenas prácticas cuya efectividad haya sido probada (Moreno Olivos, 2009a). No hay que perder de vista que el aprendizaje es demasiado complejo y la evaluación demasiado imperfecta para dar cuenta de esa complejidad.
Hace falta profesionalizar al docente como evaluador, pero esta situación no es privativa de nuestro país; en los Estados Unidos de Norteamérica, país considerado como la cuna de la evaluación, el panorama no es más halagüeño:
Los hallazgos indican que en la mitad de los Estados no se requiere tener competencia en evaluación para obtener la licencia de profesor, con lo que dejamos a una nueva generación de maestros sin una parte esencial de la formación que necesitan para mejorar el logro del alumno y aumentar su bienestar
(Trevisan, 2002: 768).
El profesor juega un papel importante para el cambio de la evaluación, pero esto no resulta una tarea sencilla ya que existen diferencias significativas entre los profesores en las "disposiciones" para el cambio.
Los profesores, como los estudiantes, también necesitan oportunidades para llegar a convertirse en aprendices poderosos, reflexivos y activos, antes que respondientes pasivos a dictados externos. En una "sociedad del aprendizaje" todo el mundo necesita llegar a estar, y mantenerse, comprometido con el aprendizaje. Si la evaluación potencialmente representa la llave para lograrlo, en la actualidad también constituye el obstáculo más grande (Broadfoot, 2002a: 6).
Fomentar la pasividad del alumnado mediante los test o pruebas estandarizada 
Enseñar a los alumnos para responder las pruebas estandarizadas causa problemas en el aula y en el ambiente de aprendizaje. Un problema principal es que la estandarización tiene la consecuencia negativa de convertir a los alumnos en aprendices pasivos. Ellos no se sienten implicados en el proceso de aprendizaje; más bien, son forzados a comprometerse con la memorización del material que se les enseña. El aula se convierte en una tierra estéril de yermo y tortura, al tiempo que se ignora el tema de la responsabilidad de los alumnos en su propia educación. En este escenario se menciona que:
...enseñar para las pruebas estandarizadas es una consecuencia inevitable de la presión administrativa por la medición de los resultados. Consecuentemente, los estudiantes son orientados para dar una respuesta "correcta" antes que para pensar por sí mismos y convertirse en aprendices creativos (Buckman, 2007: 33).

 El uso de los resultados de la evaluación
Generalmente cuando se aborda el tema de la evaluación, el énfasis se suele poner en dos elementos de cualquier modelo evaluativo: qué se evalúa (contenidos) y cómo se evalúa (métodos, técnicas e instrumentos) y se dejan fuera otros componentes que son tanto o más importantes que los referidos. Uno de esos elementos es qué se hace con los resultados de la evaluación. En nuestro medio, muchas veces, esta cuestión suele obviarse. Una respuesta habitual de los profesores apunta a un uso administrativo de los resultados: "otorgar calificaciones a los alumnos". Esto en relación con las evaluaciones de aula que ellos construyen y aplican a sus alumnos.
En cuanto a la difusión de los resultados de las pruebas a gran escala, se reconoce que aún cuando "la fase actual de evaluación es más abierta, esto no necesariamente significa que se cumpla con la función pedagógica de promover una tarea formativa, ni con la función retroalimentadora inherente a la acción de evaluar.

¿Qué es la evaluación formativa? 
SE DESPRENDE DE LA METAEVALUACIÓN.
La evaluación formativa es un proceso sistemático para obtener evidencia continua acerca del aprendizaje. Los datos son usados para identificar el nivel de aprendizaje real del alumno y adaptar la clase para ayudarle a alcanzar las metas de aprendizaje deseadas. En la evaluación formativa, los alumnos son participantes activos con sus profesores, comparten metas de aprendizaje y entienden cómo progresan, cuáles son los siguientes pasos que necesitan dar y cómo darlos.
De acuerdo con Heritage (2007), la evaluación formativa incluye una variedad de estrategias para obtener evidencia, la cual puede ser categorizada en tres amplios tipos: evaluación al vuelo, evaluación planeada para la interacción, evaluación enclavada en el currículum.

Evaluación al vuelo. Esta evaluación ocurre espontáneamente durante una clase. Por ejemplo, una profesora escucha las discusiones de un grupo, oye a los alumnos expresar sus ideas equivocadas acerca de un concepto científico que ha estado enseñando. Entonces cambia la dirección de su clase para dar una explicación rápida e "inesperada". La clase inesperada le permite a la profesora aclarar las ideas equivocadas antes de continuar con su secuencia de clase prevista.

Fortalezas de la evaluación formativa
La evaluación formativa debe brindar una respuesta acerca de dónde está ubicado un alumno en su aprendizaje, no una vez al año o cada pocas semanas, sino continuamente, mientras el aprendizaje está sucediendo. Las evaluaciones de aula efectivas clarifican en cada trayecto los apoyos necesarios para que el alumno pueda lograr cada objetivo planteado.
Esta atención personalizada no significa que se tenga que diseñar una evaluación única para cada alumno o para cada aula. Aunque la realidad diaria de toma de decisiones requerirá algunas evaluaciones únicas, en este nivel la evaluación también puede desarrollarse y emplearse en las aulas para identificar y ayudar a los alumnos que se esfuerzan por aprender.
Para que la evaluación pueda tener un impacto positivo en el aprendizaje de los alumnos, su propósito y sus resultados necesitan ser comprendidos por ellos en la forma en que los profesores desean. Mucha de la retroalimentación de la evaluación es incomprendida, o simplemente no comprendida por todos, además de desmoralizante y desmotivante. Como resultado, la energía y el tiempo que los profesores invierten en esto, a menudo son desperdiciados o contraproducentes.


--En Australia y Nueva Zelanda la práctica y el conocimiento de la evaluación por parte de los profesores ha mejorado significativamente en los últimos años, a través de su inclusión en las actividades de evaluación nacional que han sido introducidas en esos países. La lección que podemos extraer de estas experiencias es que mucho de lo que sucede, al final, depende de los profesores. En estos países también se ha demostrado que los mejores docentes son aquéllos que tienen fuertes creencias en la equidad, la libertad y la justicia; así como aquéllos que están preparados para ajustar su práctica en un esfuerzo por satisfacer las necesidades educativas de todos los alumnos.
Condiciones para una evaluación productiva
Para construir un sistema de evaluación efectivo, de acuerdo con Stiggins y DuFour (2009), se deben satisfacer cuatro condiciones esenciales:
Condición 1. Objetivos de aprendizaje claros. La evaluación efectiva requiere un marco de objetivos de aprendizaje claros que estén:
• Centrados en los aprendizajes más importantes en el campo de estudio de que se trate.
• Integrados en progresiones de aprendizaje dentro y a través de los distintos niveles.
• Al alcance de los estudiantes de acuerdo con su desarrollo.
• Manejables, dados los recursos y el tiempo para enseñarlos y aprenderlos.
• Dominados por los profesores que se encargan de ayudar a los estudiantes para lograrlos.
En sentido estricto se podría afirmar que en México generalmente se hace medición y no evaluación. Aunque en el discurso se anuncia como evaluación, lo cierto es que en la práctica sigue predominando una visión estrecha que valora los productos por encima de los procesos, centrada en la rendición de cuentas y con fines de control, antes que una visión de la evaluación con carácter formativo, entendida como un proceso de mejora de la educación.
En este trabajo se alude a las pruebas estandarizadas como evaluación porque así es como habitualmente se les denomina, pero es preciso advertir que no son sinónimos; las pruebas o exámenes son uno más de los diversos instrumentos que la evaluación puede emplear para la valoración de un determinado objeto.
La mejora de la escuela es una serie de procesos recurrentes y concurrentes en los cuales una escuela: a) aumenta los resultados del alumno; b) centra su atención en la enseñanza y el aprendizaje; c) construye la capacidad de ocuparse del cambio al margen de su procedencia; d) define su propia dirección; e) valora su cultura actual y trabaja por desarrollar normas culturales positivas; f) cuenta con estrategias para alcanzar sus objetivos; g) estimula las condiciones internas que intensifican el cambio; h) mantiene el ímpetu en periodos turbulentos; i) supervisa y evalúa su proceso, progreso, logro y desarrollo (Stoll y Fink, 1999: 88).
Recientemente se publicó en un periódico local que un grupo de padres de familia del municipio de Ixmiquilpan había tomado las instalaciones de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH) —ubicadas en Pachuca— como medida de presión porque sus hijos tenían tres meses sin recibir clases por falta de profesores. La señora encargada de hacer la limpieza de la escuela es la que había estado impartiendo las clases a los niños de primaria.
Ha habido avances importantes en la construcción de estas pruebas, por ejemplo, según se muestra en las definiciones de la prueba PISA de lectura, matemáticas y ciencias, se busca identificar el grado en el que los individuos tienen un enfoque reflexivo en relación con el conocimiento y el aprendizaje que sirva de base para el marco de competencias. Aunque se reconoce que no es fácil evaluar a cabalidad la medida en que los estudiantes están motivados a usar el conocimiento de manera reflexiva, un punto de inicio es evaluar si son capaces de reflexionar sobre el significado más profundo y la construcción de textos escritos. Así, la evaluación PISA de lectura mide no solamente si los estudiantes pueden ubicar e interpretar información, sino también si pueden reflexionar sobre ella y evaluar lo que han leído. PISA califica el desempeño de los estudiantes en lectura en uno de seis niveles de destreza: si un estudiante solamente demuestra la capacidad de relacionar la información en un texto con el conocimiento común, de cada día, obtiene una calificación de Nivel 1 en esta escala; mientras un estudiante que puede evaluar de forma crítica la hipótesis y puede tratar conceptos que son contrarios a las expectativas puede alcanzar el Nivel 5, que es el más alto.

Cita:
-http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982011000100008

Referencias:

https://evaluacion1.activo.mx/t7-meta-evaluacion
-Ana Gamez 

-Reyna Armado 

https://www.uls.edu.sv/sitioweb/component/k2/item/311-la-metaevaluacion-mas-alla-de-lo-visible-por-que-evaluar-las-evaluaciones

Citando a: Mauricio Manzano

Investigador y catedrático de la Universidad Luterana Salvadoreña

educativos vol.33 no.131 México ene. 2011

Horizontes

 La cultura de la evaluación y la mejora de la escuela1
 Tiburcio Moreno Olivos*
*Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel 1. Publicaciones más recientes: (2010), "La relación familia–escuela en secundaria: algunas razones del fracaso escolar", en Profesorado, Revista de Currículum y Formación del Profesorado, vol. 14, núm. 2, pp. 235–249; (2010), "El currículum por competencias en la universidad: más ruido que nueces", Revista de la Educación Superior, vol. XXXIX (2), núm. 154, abril–junio, pp. 77–90. CE: tiburcio34@hotmail.com


Recepción: 14 de septiembre de 2009

Aceptación: 9 de noviembre de 2009




DANIEL GARNICA HERNÁNDEZ 
daniel_ghdz@hotmail.com
Abril 2020 



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